¿Quién de nosotros nunca se ha enojado o ha sentido ira? Por ejemplo, en una situación en la que alguien nos agrede, nos insultan o tratan injustamente suele aparecer esta emoción. Sin embargo, en varios contextos a lo largo de nuestra vida solemos aprender que esta emoción es mala o negativa y que hay que hacer todo lo posible por suprimirla, esconderla o evitarla. Pero ¿será verdad que la ira es totalmente mala o negativa?
Empecemos por conocer un poco más de esta emoción. La ira es una emoción básica, primaria y universal, está presente en todos independiente de la cultura a la que se pertenezca, y como todas las demás emociones la ira es neutra y tiene una función adaptativa, nos alerta de peligros o amenazas de las que nos tenemos que defender o defender lo que es valioso o importante para nosotros.
Esta emoción está caracterizada por un incremento de fuerza y de energía para poder responder ante esas amenazas, no obstante, por el grado de excitación, se facilita el comportamiento agresivo y solemos actuar de manera desproporcionada a la situación en la que nos encontramos, sin controlar nuestros impulsos y reaccionando de forma inefectiva, llegando así a ocasionar daño a los que nos rodean e incluso a nosotros mismos.
Pero no siempre es negativo sentir ira, al contrario, saber expresarla efectivamente puede ser funcional según el contexto en el que se presente y usarla correctamente nos puede ayudar a evitar muchos problemas y derrumbar los obstáculos que se nos presentan, dándonos el impulso de buscar alternativas y soluciones.
Si eres de aquellos a los que los domina esta emoción y no logras controlar tus impulsos, no te asustes ni desanimes, podemos aprender a tener el control de esta emoción llena de tanta energía y fuerza. Para lograrlo existen múltiples estrategias, para modular su intensidad y evitar actuar agresivamente en momentos en los que no es funcional o proporcional a la situación en la que nos encontramos.
Algunas de esas estrategias son: el tiempo fuera, relajar tu cuerpo, aprender a no juzgar, acción opuesta, entre otras.
Explicaremos brevemente la herramienta del tiempo fuera la cual se utiliza a modo de estrategia de emergencia en momentos en los que hay un nivel de emocionalidad tan alto que la respuesta más próxima es agresiva y no queremos lastimar a nadie.
Esta herramienta consiste básicamente en abandonar la situación en la que experimentamos el alto grado de emoción. Pero no es irse dejando a la otra persona desconcertada, sino con previo aviso alertar de nuestra situación emocional ya sea con un gesto o una palabra clave, indicando que prefieres dejar ahí la discusión o la actividad en la que estaban para retomarla cuando estés más calmado/a.
Si quieres saber más de esta estrategia o de otras como las que te hemos mencionado, no dudes en consultar con tu psicólogo y de esta forma hacer que la ira esté de tu lado y así la uses sabiamente en las diferentes situaciones en las que la necesites.
Julian David Silva Tejada, Psicólogo en formación (X Semestre).
Mendoza B. (2010) “Manual de autocontrol del enojo: tratamiento cognitivo-conductual” México. Editorial El Manual Moderno.
Barlow D., Farchione T., Fairholme C., Ellard K., Boisseau C., Allen L. y Ehrenreich J. (2011) Protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales. Trad. según Oxford University Press. Alianza Editorial.