¨La idea de que uno morirá es más cruel que morir: pero menos que la idea de que otro ha muerto” Marcel Proust. El duelo, es una experiencia multidimensional que nos afecta no solo de manera biológica y emocional, sino que también traspasa a nuestras acciones privadas (pensamientos, creencias, emociones) y públicas. Cruz, J., Reyes, M., & Corona Z.. (2017). En este sentido, el duelo suele ser una reacción natural que se genera ante la pérdida de una persona, objeto o evento significativo. Es entonces también, la reacción emocional y de comportamiento en forma de sufrimiento cuando un vínculo afectivo e importante para nosotros se rompe. Normalmente pensamos que el duelo se refiere únicamente a la muerte de un ser querido, pero también se puede producir como una reacción ante una enfermedad importante, la separación de personas queridas, falta o pérdida de empleo, viajar a otro país, pérdida de amistades, entre otras. Lo importante y esencial del duelo es que no depende de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye al mismo. Meza, García, Torres, Castillo, Sauri y Martínez (2008). Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, estas son algunas de manifestaciones más frecuentes ante un proceso de duelo: Emociones: tristeza, angustia, apatía, rabia, culpa, impotencia, insensibilidad, extrañeza Sensaciones físicas: vacío en el estómago, falta de aire, taquicardia, sentido de despersonalización, falta de energía Cogniciones: confusión, preocupación, rumiaciones, imágenes recurrentes, alucinaciones visuales, recuerdos con la persona que falleció Conductas: alteraciones en el sueño/alimentación, aislamiento social, llanto, atesorar objetos, visitar lugares que frecuentaba la persona que falleció, hablar de la persona que falleció, Entre otros. Después de sufrir una pérdida, hay ciertas tareas a realizar las cuales ayudan a restablecer el equilibrio y a completar el proceso del duelo. Estas tareas no deben seguirse en ningún orden específico y es importante mencionar que requieren de esfuerzo. Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013) Las cuatro tareas del duelo:Tarea 1: Aceptar la realidad de la pérdida Esta tarea es esencial ya que cuando perdemos algo importante o alguien muere, incluso si era algo que estábamos esperando, siempre hay cierta sensación de que ese suceso no es verdad. La primera tarea del duelo, es afrontar de manera plena la realidad de que la persona,objeto o evento no volverá. Lo contrario a aceptar la realidad de la pérdida es la negación de esta, la cual puede evidenciarse de distintas formas. -Negar la realidad de la pérdida. -Negar el significado de la pérdida. -Negar que la muerte sea irreversible. La tarea de llegar a la total aceptación de la realidad de la pérdida lleva tiempo porque implica no sólo una aceptación intelectual sino también emocional. La persona que se ecuentre en un proceso de duelo puede ser intelectualmente consciente de la pérdida mucho antes de que las emociones le permitan aceptar plenamente la información como verdadera. Tarea 2: Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida Para esta tarea es importante aclarar que no todos experimentamos el dolor con la misma intensidad, ni de la misma manera, y cuando se pierde a alguien o algo importante es imposible que no se experimente cierto nivel de dolor y sufrimiento. Es por esto que la segunda tarea está enfocada en trabajar las emociones y el dolor asociados a la pérdida. Lo importante en este punto, es conectarse con el dolor y las emociones que la pérdida puedan generar, ya que es un proceso natural y porque cualquier cosa que permita que evitemos o suprimamos el dolor, puede general que se prolongue el curso del duelo. Tarea 3: Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente El adaptarse a un nuevo medio en el que el fallecido está ausente, será diferente para cada quien. Esto depende de cómo era la relación que se tenía con el fallecido y de los roles que este desempeñaba en la vida de uno. Tarea 4: Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. En esta cuarta tarea hablamos de recolocar emocionalmente al fallecido y continuar con nuestras vidas. Una persona en duelo nunca olvida del todo a la persona que perdió y a su vez nunca rechaza su rememoración. Es decir que nunca podemos eliminar ni borrar a aquellos que han estado cerca de nosotros, de nuestra historia de vida y han sido importantes en nuestro proceso. Sin embargo, podemos mantener el recuerdo y el cariño por la persona que ya no está y continuar con nuestro propósito de vida. Se espera que el duelo acabe cuando se hayan completado las cuatro tareas. Sin embargo, el duelo es un proceso personal y diferente para cada quien que lo vive. Ana María Rocha García. Profesional en Psicología.
Asociación Psiquiátrica Americana (APA). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Texto Revisado. DSM IV-TR. Barcelona: Masson, 2004. Cruz, J., Reyes, M., & Corona Z.. (2017). Duelo- Tratamiento basado en la terapia de aceptación y compromiso (ACT). Ciudad de México: Manual Moderno. Meza, E., García, S., Torres, A., Castillo, L., Sauri, S. y Martínez, B. (2008). El proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas, 13(1), 28-31 Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/473/47316103007.pdf Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.