Un viaje a una crianza consiente…

Por Carolina Méndez Sánchez. Psicóloga, Magíster en Psicología Clínica.

Muchos pueden empezar a leer esto con un coctel de emociones que surgen al traer a sus cabezas diferentes episodios con sus hijos y los grandes desafíos que la crianza puede traer en cada momento de la vida. Estrés, ansiedad, muchas preguntas sin respuestas, mundos abiertos de oportunidades.

Hoy les compartimos algunas recomendaciones desde Mindful Parenting, que puedan ayudar a acercarse a sus hijos de una manera más consiente, aprovechando cada momento y aprendiendo en el proceso de crianza:

  • Escuchar con atención plena: esta hace referencia a reconocer de manera correcta el comportamiento de sus hijos, así como percibir detalladamente la comunicación. Con esto estamos reduciendo el uso y la influencia de las construcciones cognitivas y las expectativas de los niños. Escuchar con atención plena, también los acerca a poder dirigir su atención a sus hijos y con esto demostrar que esta siendo realmente escuchado, lo que implica ser sensibles al contenido de la conversación, el significado real que quieren darles a conocer sus hijos, el tono de voz, las expresiones faciales y corporales, con el fin de detectar las necesidades de cada uno de sus hijos, percibiendo de esta manera con mayor precisión los pensamientos y sentimientos de sus niños.
  • Aceptación sin juicios del niño y de sí mismo: este implica estar atentos a las expectativas que los papás van creando respeto a sus hijos y las percepciones de las interacciones entre padres e hijos. En algunos momentos, la comunicación de los comportamientos y mensajes verbales hacia los hijos pueden estar sesgadas desde los deseos que tienen los papás para sus hijos. Es por esto que se espera que la aceptación, los lleve a observarlos sin algún tipo de juicio en los rasgos, atributos y comportamientos tanto de los padres como de los hijos, dando así mayor plenitud en la relación parental. La comprensión también es una variable importante en esta dimensión, ya que significa reconocer que habrá dificultades en la crianza, es por esto que la aceptación reconoce los desafíos como parte de aprendizaje en la vida y a partir de allí, proporciona reglas claras para el comportamiento del niño teniendo en cuenta su contexto cultural y el nivel de desarrollo.
  • Conciencia Emocional del niño y del padre: se enfoca en el interior del ser, en las cogniciones y las emociones, procurando profundizar en la capacidad que tienen los papás para ser conscientes de sus propias emociones y de las de sus hijos. Lo anterior, con el fin de lograr una escucha plena y sin juicios, para identificar realmente las emociones dentro de la relación. Es así como se logrará una mayor interacción y toma de decisiones reflexiva, evitando que esta sea automática.
  • La autorregulación en la relación parental: se refiere a que la relación entre padres e hijos sea regulada desde el mismo contexto de la crianza, es decir, esta relación se caracteriza por una baja reactividad hacia el comportamiento de los hijos, lograda por medio del autocontrol que implica llevar a cabo un comportamiento parental que esté de acuerdo con los objetivos de la crianza. Esto se evidencia en hacer una pausa antes de reaccionar impulsivamente o mostrar un efecto negativo, y así elegir una práctica parental más adecuada que permita socializar con los hijos y crear una relación filial plena.
  • Compasión del padre y del niño: Esta incluye una preocupación empática en una relación bidireccional, lo cual significa que a un padre con mayor conciencia se le facilita satisfacer las necesidades del hijo y entender sus sentimientos. Es por esto que los hijos con padres de estas características pueden sentir un afecto positivo y el apoyo pleno de sus padres, ya que los padres suelen ser tolerantes en sus esfuerzos de crianza. Por esto, la autocompasión parental tiene dos funciones, por una parte permite que los padres eviten culpas cuando algunos de sus objetivos no se cumplen con sus hijos, por lo que allí generan nuevos planteamientos frente a las prácticas de crianza. Por otra parte, reduce el sentimiento de ser juzgados por la crítica social de su comportamiento, el de sus hijos o por su propia crítica. En conclusión, la crianza consciente permite aceptar los esfuerzos realizados más que los resultados obtenidos.

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